Hna. Ana Iris Vásquez Severino
Hermanas de San Juan Evangelista
Unos de los temas más recomendados para favorecer un clima de hermandad donde reine la confianza y la cercanía es la acogida, clave para el crecimiento de la Pastoral Juvenil. Nadie puede estar en un ambiente hostil, donde nos sintamos extraños y haya un trato de indiferencia, sin embargo a todos nos gusta sentirnos en ambiente de confianza, de apertura y hospitalidad, esto lo logramos cuando implementamos una de las triple A, la ACOGIDA, tan necesaria para lograr la permanencia de los jóvenes en nuestras comunidades juveniles. Lo contrario es la exclusión y el rechazo, dos elementos que debemos alejar de nuestra práctica cotidiana.

Nuestro espejo en este tema es la persona de Jesús, recordemos que su mensaje es incluyente, donde nos da testimonio de acogida en toda su misión.
Los primeros discípulos al encontrarse con Jesús les preguntan “¿Maestro donde vives?”, Jesús les contesta, “vengan y lo verán”. (Jn. 1, 35). Jesús acoge aquellos que desean conocerlo y acercarse a él de una manera especial, les invita a estar con él.
Zaqueo, es otro personaje que Jesús acoge, sin importar su condición social. Era jefe de publicanos, muy rico y pecador, despreciado por los fariseos, los sacerdotes y los jefes religiosos, sin embargo Jesús lo invita a bajar del árbol, para comer juntos. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”. (Lc. 19, 9). El líder de la Pastoral Juvenil hoy más que nunca debe utilizar las mismas estrategias de Jesús, una acogida alegre y dinámica, muy especialmente con los jóvenes más vulnerables, aquellos que están en situaciones difíciles y alejados de la Iglesia.
¿Cómo acoger aquellos que son rechazados por la misma sociedad por su condición social, económica o racial? ¿Me siento capacitado/a como líder de Pastoral Juvenil para llegar y acoger a los jóvenes desde sus lugares vitales?
El documento final del sínodo de los obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional nos plantea: “Es evidente que el apostolado de los jóvenes hacia otros jóvenes no puede improvisarse, sino que debe ser el resultado de un proceso de formación serio y adecuado”.
La mejor estrategia es utilizar tu liderazgo con propósito, desde las cualidades y destrezas que Dios te ha regalado siendo un líder al estilo de Jesús que acoge al pecador e invita desde la oración y en trabajo como Martha y María a vivir las características que vivió el maestro con sus amigos en Betania (Lc. 10, 38-42).
Rick Warren, en su libro Liderazgo con propósito nos recuerda: “Todo se edifica o se derrumba según sea el tipo de liderazgo.”
Cuando acogemos sin distinción resplandecemos en Jesús de todo corazón.
Nuestro espejo en este tema es la persona de Jesús, recordemos que su mensaje es incluyente, donde nos da testimonio de acogida en toda su misión.
Los primeros discípulos al encontrarse con Jesús les preguntan “¿Maestro donde vives?”, Jesús les contesta, “vengan y lo verán”. (Jn. 1, 35). Jesús acoge aquellos que desean conocerlo y acercarse a él de una manera especial, les invita a estar con él.
Zaqueo, es otro personaje que Jesús acoge, sin importar su condición social. Era jefe de publicanos, muy rico y pecador, despreciado por los fariseos, los sacerdotes y los jefes religiosos, sin embargo Jesús lo invita a bajar del árbol, para comer juntos. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”. (Lc. 19, 9). El líder de la Pastoral Juvenil hoy más que nunca debe utilizar las mismas estrategias de Jesús, una acogida alegre y dinámica, muy especialmente con los jóvenes más vulnerables, aquellos que están en situaciones difíciles y alejados de la Iglesia.
¿Cómo acoger aquellos que son rechazados por la misma sociedad por su condición social, económica o racial? ¿Me siento capacitado/a como líder de Pastoral Juvenil para llegar y acoger a los jóvenes desde sus lugares vitales?
El documento final del sínodo de los obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional nos plantea: “Es evidente que el apostolado de los jóvenes hacia otros jóvenes no puede improvisarse, sino que debe ser el resultado de un proceso de formación serio y adecuado”.
La mejor estrategia es utilizar tu liderazgo con propósito, desde las cualidades y destrezas que Dios te ha regalado siendo un líder al estilo de Jesús que acoge al pecador e invita desde la oración y en trabajo como Martha y María a vivir las características que vivió el maestro con sus amigos en Betania (Lc. 10, 38-42).
Rick Warren, en su libro Liderazgo con propósito nos recuerda: “Todo se edifica o se derrumba según sea el tipo de liderazgo.”
Cuando acogemos sin distinción resplandecemos en Jesús de todo corazón.
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Me encantan y entusiasman estos temas.