Por Yamille Morillo
Me basta que sean jóvenes para amarlos.
Don Bosco
De primera lectura, esta frase despierta muchas emociones dentro de mi y es porque no puedo amar lo que no conozco y no puedo trabajar con lo que no amo. Por consiguiente, la palabra ACERCARSE se torna la columna vertebral para la misión juvenil: porque para poder amar a los jóvenes debo de conocerlos y para poder conocerlos, debo de acercarme. Ahora, ¿Qué es ACERCARSE?
Es el segundo movimiento pedagógico de la misión en el mundo de los jóvenes. Este se refiere a estar y conocer “al joven”, es decir, estar con ellos en sus lugares vitales. Reconocer y valorar lo que son y lo que hacen (CAPYM, 466). Por lo cual, nuestro trabajo como líderes de PJ implica acercarnos a la realidad de cada joven para descubrir su potencial, y si lo hacemos bien, nos permitirá descubrir todo lo que les impide a ellos ser agentes transformadores y acompañarlos para recuperar la fe en ellos mismos.
Pero esto no es tan sencillo, debemos saber entrar en esa realidad. Para ello, debemos tener dos actitudes: entrar descalzos a la realidad de los jóvenes y; desarrollar una escucha silenciosa, que significa, entrar en esa realidad sin prejuicios para que en el diálogo con ellos podamos saber realmente qué es lo que nos están pidiendo y poder descubrir SU verdad.
Una vez logramos abandonar nuestras creencias y solo escuchamos lo que tienen que decir, pueden pasar grandes cosas e impulsar cambios a nuestra forma de evangelización juvenil, tal como la conocemos. Un ejemplo concreto de esto es el pasado Censo Arquidiocesano de Pastoral Juvenil, en el cual intentamos llegar a cada rincón de la Arquidiócesis de Santo Domingo, para encontrar la realidad que viven nuestros adolescentes y jóvenes.
El Censo consistió en una etapa previa (formación de encuestadores), quienes recibieron formación en 6 ejes fundamentales: sacramentos; estructura organizacional y pastoral; formación; vida parroquial; espiritualidad y; participación social y política del joven. Adicional a esto, los encuestadores participaron de un conversatorio con los obispos de la Arquidiócesis, para expresar sus necesidades y aclarar dudas acerca de su fe. Desde aquí inicio el acercarse.
En una segunda etapa, los jóvenes se distribuyeron entre jóvenes que vivían activamente una vida parroquial y personas del entorno. De este ejercicio resultaron datos bien interesantes: una pequeña parte de los encuestados que le es indiferente casarse por la Iglesia, y debemos estar atento a esto; los jóvenes quieren ser acompañados, pero no tienen quien los acompañe; quieren recibir más formación actualizada, por lo que estamos renovando nuestra propuesta formativa del Instituto de Formación y Escuela Laboral; el 78.5% de los jóvenes que pertenecen a la PJ, no se involucran en su entorno social (i.e. junta de vecinos, asociaciones, partidos políticos, etc.), por lo cual debemos buscar que se involucren en esos espacios, para llevar el mensaje de Jesús mas allá de nuestras paredes.
En una tercera etapa, tuvimos la revisión de dichos resultados con nuestros lideres en el XXI Congreso Arquidiocesano de Pastoral Juvenil quienes realizaron propuestas para trabajar nuestro Plan Estratégico de Pastoral Juvenil 2021-2026. Estas propuestas se pulirán con las Asambleas Vicariales que permitirán aterrizar las actividades a la realidad de cada vicaria.
El proceso suena retador, pero desde ya ha mostrado frutos asombrosos: jóvenes lideres mas comprometidos a llevar el mensaje. Este es solo una de las maravillosas consecuencias que puede tener un proceso de Acercamiento correcto, sin pretensiones, sin querer cambiar opiniones o presuponer resultados.
Repetimos mucho: la Pastoral Juvenil es la acción de la Iglesia por y para los jóvenes, pero, ¿De dónde vendrán los jóvenes si no nos acercamos a ellos? ¿Qué estamos haciendo si no es escuchar a nuestros jóvenes? Es momento de actuar, es momento de que tu vida se encuentre con la de ellos y con eso, hagamos camino.
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